viernes, 18 de enero de 2013

El Primo Harry Potter

El Primo Harry Potter



Cuántos adultos mayores de 35 años se animan a admitir que Harry Potter les cambió la vida? Tengamos en cuenta, sin ser arbitrarios, que los que estamos por arriba de esa edad ya teníamos más de 15 cuando en 1997 se publicó el primer libro en en Inglaterra l y ya estábamos en los 18 cuando se editó por primera vez en nuestro país. De ninguna manera digo que no lo haya leído nadie mayor de esa edad pero no todos tienen la valentía de aclamarlo públicamente.
Con todo esto por delante ahora paso a informar lo que venían temiendo: LEER HARRY POTTER ME CAMBIÓ LA VIDA !  En realidad la movida empezó un poco antes  pues el pionero de la casa fue mi hijo mayor cuando a los 8 años, harto de ser tratado “como un chiquito” decidió que nuestras lecturas nocturnas antes de dormirse pasaban a ser sus lecturas nocturnas y sus primos mayores intervinieron en la movida prestando el mencionado primer libro de la serie. 
Ese fue un momento mágico en mi vida como madre: estaba también  criando a mi segundo hijo y los rituales para dormir del primero siempre habían sido agotadores (pues significaban lectura, ángel de la “largua” – malditas abuelas que le enseñaron a rezar a mi pesar-, canciones varias después de apagada la luz y hasta largas conversaciones imposibles de parar so riesgo de ser llamados a la habitación varias veces o tener que aguantar recriminaciones y gritos varios sobre las malas condiciones que ofrecía su habitación para ayudarlo a conciliar el sueño), y esta nueva versión de mi hijo me permitía comenzar mi sueño en mi propia cama todas las noches...
De a poco me fui dando cuenta que las aventuras del pequeño mago eran para él lo que Julio Verne fue para mí a a su edad y lo deje hacer. A partir del tercer libro (Harry Potter y el prisionero de Azkaban) nos pidió a  comprarlo pues no quería tener que devolver los libros una vez acabados y nosotros accedimos casi sin pensarlo (un poco porque los libros nos pueden y otro porque nuestro hijo nos puede más). Y para los dos últimos (HP y el misterio del príncipe y HP y las reliquias de la muerte) nos encontramos haciendo filas de horas en las grandes cadenas de librerías para tener su ejemplar el mismo día que salía a la venta
Como no todos los niños son iguales, cuando mi hijo menor entró en los 7 años no pidió  leer Harry Potter sino que pidió que yo se lo lea de a capítulos por las noches; por supuesto que para ese entonces había tenido contacto con cinco de las  ocho películas y a pesar de que me habían resultado divertidas me dije a mi misma que me esperaba una tarea titánica y tenía mis esperanzas puestas en que la petición no pasase de los dos primeros libros... Pero la cosa no fue así,  y para el cuarto ya estaba totalmente enganchada con la lectura y no dejaba que se nos pase una sola noche sin cumplir nuestro ritual.
Qué fue lo que me pasó? La historia era fascinante, llena de matices, montones de personajes divertidos, amables, sabios, ridículos y terriblemente odiosos... No sólo me permitió hablar con mi hijo menor sobre un montón de situaciones sobre la amistad, la aceptación de los demás y las opciones que debemos tomar en la vida sino que cada noche por unos minutos yo DISFRUTABA leyendo sin considerarlo una tarea meramente intelectual. Me devolvió el asombro de leer un libro sin pensar a quien se lo iba a recomendar después o que tanto motivo de conversación y debate me iba a proporcionar en las reuniones con amigos. De la misma manera maldecimos, términos, nos alegramos y lloramos con los distintos giros de las historias.
También a partir de allí nuestro mundo cotidiano y el de Harry pasaron a ser una mismo en dos planos distintos; era muy natural tener charlas sobre los personajes y encontrar referencias sobre Hogwarts y sus ocupantes en el día a día. Esperábamos cada capítulo como si fuera la carta de un primo que estaba viviendo lejos y nos contaba sus aventuras (y desventuras). Cuando HP se terminó le siguieron otros muchos: pudimos compartir a Bastian, a Percy Jackson, a Katniss y Peeta y no descarto que todos esos personajes lo lleven hasta  los Bolsón... Pero debo admitir una última cosa: desde Peter Pan en mi más tierna infancia nadie de papel y tinta me provocó tanto amor como Harry Potter y sus amigos... Por eso leerlo me cambió la vida.
Vaca Sagrada

1 comentario:

  1. Con Nico (que tiene 6), empezamos a leer El hobbit el año pasado... pero dejé de ir a buscarlo a la escuela y nos quedó el final. Por suerte, en la peli no llegaron ni hasta donde leímos!!!!
    Pero entiendo esa sensación.
    HP me gustó al principio, pero los últimos dos libros no me gustaron nada. Me perdía, y eso que los leí después de ver las pelis!!!

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